De esta manera, se pusieron a prueba los motores y sistemas principales de la unidad. En simultáneo, la dotación del buque se ejercitó en roles específicos con el objetivo de afianzar su adiestramiento en el mar.

Después de zarpar el viernes pasado desde su apostadero natural, la tripulación del rompehielos ARA “Almirante Irízar” realizaron simulacros y prácticas de lucha contra incendios; rol de abandono; uso y manejo de salvavidas; todas actividades con el objetivo de prevenir y, en caso de siniestro, actuar de manera segura.

En la misma línea, también se efectuaron ejercicios de lanzamiento y recuperación de aeronaves en la cubierta de vuelo, como paso previo a llevar a cabo las operaciones aeronavales en la Antártida con los helicópteros Sea King dependientes de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros.

Asimismo, cadetes de la Escuela Naval Militar embarcaron en comisión con el objetivo de aplicar los conocimientos teóricos en una situación real e interactuaron con el personal a bordo para efectuar trabajo en equipo. Además, realizaron ejercicios de lucha contra incendio, control de averías, simulacro con bengalas, rol de abandono, entre otras actividades.

Debido a que la navegación antártica, por sus condiciones adversas, requiere que se extremen todo tipo de medidas en las acciones ejecutadas, estas actividades le permiten al comando del buque percibir el nivel de adiestramiento que posee el personal.

El buque ya se encuentra en la fase de preparación para poder zarpar rumbo al continente blanco e iniciar las tareas logísticas de reaprovisionamiento y apoyo a la actividad científica en las distintas bases antárticas argentinas.