Presidencia de la Nación

Relatoría del Panel “Desafíos en los procesos de investigación de la narcocriminalidad”


Fecha: Miércoles 30 de marzo de 2022.
Expositores: Dr. Diego Iglesias, titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), Comisionado General Maximiliano Lencina, Director Ejecutivo del Centro de Análisis Comando y Control (CEAC) de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Comandante Mayor José María Valdez, Director de la Dirección Antidrogas de Gendarmería Nacional.
Moderadora: Lic. Belén Mora, Subsecretaria de Formación y Carrera del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Como parte del Primer Consejo de Seguridad Interior del año 2022, en el CCK se desarrolló el primer Seminario Internacional sobre Criminalidad Organizada: Nuevos desafíos de las políticas públicas contra la Narcocriminalidad. Este Seminario contó con el aporte de funcionarios nacionales e internacionales y buscó brindar enfoques teóricos y herramientas metodológicas a fin de actualizar los paradigmas y procedimientos de la investigación criminal sobre el delito complejo en las fuerzas policiales y de seguridad federales de nuestro país.
En ese marco, en el último turno de la primera jornada del Seminario se llevó a cabo el Panel “Desafíos en los procesos de investigación de la narcocriminalidad”. Allí, Diego Iglesias (PROCUNAR), Maximiliano Lencina (PSA) y José María Valdez (GNA) analizaron el estado actual de las investigaciones y aportaron sus experiencias laborales conjuntas en la lucha contra el crimen organizado en la Argentina.

Lo que debe tener una buena investigación criminal

Al abrir su exposición, Diego Iglesias explicó el funcionamiento de la Procuraduría a su cargo y las estrategias que se diseñan para hacer frente a la problemática de la narcocriminalidad. En ese sentido, destacó que es importante ir detrás del beneficio económico de las organizaciones criminales, ya que ese es el objetivo que éstas persiguen. “Este tipo de criminalidad no sólo se dedica al tráfico de drogas, también vamos a encontrar conductas delictuales que generalmente son más graves, como los delitos violentos, los homicidios, las lesiones graves, los secuestros extorsivos… Se trata de organizaciones extremadamente violentas solamente a los fines de lograr dominio territorial para ejercer su actividad, con otros delitos conexos como la corrupción de funcionarios públicos, lavado de activos, financiamiento de actividades ilícitas y hasta contaminación ambiental. Nos encargamos de dar el andamiaje judicial para que esa investigación tenga como fin una condena judicial”, explicó.

En esa línea, Iglesias planteó cuatro pilares en los cuáles debería basarse toda investigación criminal:

  • Federalización en el enfoque de la persecución penal. “Aportarle a la investigación una mirada global que permita sortear las jurisdicciones, no sólo las políticas, sino también las judiciales. Este es un delito típicamente interjurisdiccional, un trasporte que busca un puerto para ir a Europa va a cruzar cinco o seis provincias. Si no juntamos esas investigaciones, si no diseñamos un enfoque estratégico sobre ese caso, la prueba va a estar desperdigada, atomizada. Nuestro trabajo consiste en advertir la existencia de esos fenómenos que tienen puntos en común. Cuando logramos hacer eso, el resultado es buenísimo”.

  • Ascenso en la cadena de responsabilidad. “Si nos quedamos con el camionero, ese es el último eslabón, los verdades jefes están atrás. Si queremos realimente hacerle un daño a la organización, tenemos que ir por los eslabones superiores, donde se toman las decisiones, donde se produce el mayor beneficio económico. Los eslabones inferiores son los más fáciles de trabajar, tenemos que seguir rompiendo la inercia esa y seguir trabajando en pos de buscar a los verdaderos responsables, a los líderes de esas organizaciones”.

  • Investigación del desvío de Precursores Químicos. “El desvío de precursores químicos necesariamente tiene que ser investigado porque es parte de esa cadena de tráfico de drogas. Es cuestión de prestar atención en los allanamientos, cuando uno encuentra algún precursor focalizar sobre la trazabilidad de eso y tirar del piolín hasta llegar a lo que importa, ya que quienes desvían los precursores también forman parte de la cadena también. Este trabajo hay que hacerlo también pensando en las nuevas sustancias psicoactivas”.

  • Investigación patrimonial: “Las organizaciones son verdaderas empresas criminales: tienen CEO, operador de logística, jefe de seguridad… Nosotros investigamos a una organización que nunca cambió la forma de comercializar la droga. Secuestramos ese tipo de envase y directamente lo adjudicamos a esa organización. ¿Por qué nunca cambió? ¿Qué significa, si con ese elemento los podemos vincular? Es la marca registrada, ganan con eso. Prefieren correr el riesgo de que sus colaboradores caigan y los podamos vincular a modificar el envase. Estas organizaciones se rigen por fenómenos económicos, tenemos que ir por los bienes, por el producido de los bienes. Y esos bienes tienen que tener un destino social, volver de alguna manera a la sociedad”.

“La lógica es empresarial, busquemos esos objetivos”, afirmó Iglesias. “Hay veces que no podemos en términos judiciales imputar un transporte o un hecho delictivo vinculado con la Ley de Drogas, pero sí podemos ir por la figura del lavado si tenemos suficiente sospecha de que ese beneficio económico proviene de una actividad ilícita”, agregó. Al respecto, Maximiliano Lencina aportó una experiencia de la PSA: “Tuvimos una investigación en Rosario que inició por narcotráfico pero cuando detuvimos al camión que estábamos convencidos que tenía un doble fondo no había droga. A pesar de que toda la organización tenía antecedentes no pudimos avanzar. Pero sí lo hicimos en la investigación patrimonial, y tras más de 40 allanamientos pudimos secuestrar millones de dólares y autos de alta gama”.

La importancia del trabajo en equipo

Los tres expositores coincidieron en la importancia de que las investigaciones contra la narcocriminalidad deben contener un factor de confianza y de compartir la información entre todos los actores que participan de la misma. “Esa conjunción de acciones en pos de una actividad investigativa es lo que nos da resultados, ya que no necesariamente existe la territorialidad. Peleamos con un juez para realizar un procedimiento cuando el delito se está llevando a cabo en diez jurisdicciones. Una de las cosas que nos planteamos desde el punto de vista de los investigadores es modificar la Ley, quizás no exigiendo una territorialidad natural del mismo concepto del homicidio, sino viéndola como un delito complejo. Hubo casos en que si no hubiéramos tenido una cooperación internacional no hubiéramos llegado a la condena”, aseguró José María Valdez.

Sobre dicha cooperación, Lencina ejemplificó: “muchas investigaciones que hemos trabajado junto con la PROCUNAR han tenido resultados muy buenos. Desde el punto de vista de la investigación hay que entender que muchas veces en la propia investigación federal no tenemos toda la información que sí surge de la investigación provincial. En Rosario, compartiendo la información que teníamos de las causas federales a ellos les servía para esclarecer los homicidios. Y en situaciones donde el territorio lo conocían más la policía o la justicia provincial a nosotros nos servía de base para avanzar con la investigación. Muchas veces había varias investigaciones y tres fuerzas estábamos investigando lo mismo. Eso es lo que genera la coordinación y la planificación en conjunto, poder ver la investigación y sentarse tanto las fuerzas federales como las provinciales. Así es la manera en que hay que entender a la organización criminal, para entenderla como una empresa hay que conocer cómo funciona adentro. Aunar los conocimientos y los medios, eso hace al éxito de la investigación. Si otro lleva adelante la investigación, yo me estoy subordinando, es un compañero de trabajo y somos parte del mismo equipo”.

Valdez reafirmó ese concepto y aseveró: “Es importante que la potestad de decidir en una investigación sea de una sola persona, no importa de qué fuerza sea, sino que sea el responsable de esa investigación. Y en este caso la subordinación no es una cuestión de color, sino que es una acción investigativa. Debemos animamos a ir, es otra de las cosas que debemos romper. Pedir antecedentes, ahí está la información que necesitamos, nutrirme de ese elemento que me va a permitir avanzar. Tiene que ser un ida y vuelta, si hoy la información no está en tiempo y oportunidad donde tiene que estar no me sirve. Antes se tenía otro concepto, hoy yo necesito colaborar para relanzarlo. Nos paramos desde los ejemplos y les decimos: anímense a colaborar con la información, a contar lo que saben, eso va a hacer crecer los resultados finales. Si yo me la quedo y no la comparto no me sirve de nada”.
Por su parte, Iglesias comentó acerca de las mesas de trabajo en conjunto que realiza con diferentes Ministerios Públicos provinciales y sostuvo: “Fuimos un poco más allá y planteamos no sólo intercambiar información, sino formar equipos conjuntos de investigación entre fiscales, un fiscal federal y uno provincial trabajando el mismo caso. No sólo se trata de juntarnos, sino de multiplicarnos. Se rompen los monopolios, tenemos que coordinar, no podemos estar haciendo cada uno lo que quiere, como quiere y cuando quiere. En cada lugar hay particularidades, hay conflictos distintos. Hay que sentarse y trabajar”.

Conclusiones finales

A la hora de examinar el formato de la investigación criminal, José María Valdez sostuvo que cuando se inicia una acción se debe tener en claro desde dónde se va a ejercer esa actividad investigativa: “Hay que animarse a crecer, a conformar equipos de trabajo que aborden la narcocriminalidad de una manera integrada. Podemos pegarle a las estructuras criminales aun sin un gramo de droga. Empecemos a creer en la persona que tenemos al lado, sino vamos a ser lugares cerrados y el logro, que es la sentencia, no va a existir”, concluyó.

“Nosotros entendemos que normalmente al fenómeno del narco se lo combate desde el punto de vista secuestro-imputado: yo secuestré droga, tengo un imputado, hay éxito en la investigación. Y en realidad no es así, lo estamos limitando”, agregó Maximiliano Lencina, y puntualizó: “Tenemos que entender la estructura del delito en dimensiones organizativas y productivas, del transporte y de lo económico-financiero. Es importante que el investigador entienda que la estructura obtiene ese beneficio, si no lo entendemos así, si nos quedamos con el secuestro, no llegamos a desbaratar al resto de las organizaciones. Hay que saber cómo funciona esa empresa, hacer una hipótesis de trabajo, planificar la estrategia para la investigación. Si no tenemos una estrategia coordinada no vamos a saber qué observar, qué buscar, qué analizar ni qué documentar. Después se terminan haciendo causas de volumen con información y no con conclusiones concisas y contundentes”.

Diego Iglesias retomó la idea de cooperación y advirtió que “muchos de los operadores del sistema penal tenemos un concepto patrimonial, ‘la información es mía’, ‘es mi causa’. No, la información es pública, puede ser secreta pero es de dominio público. Si está en una causa es del Estado y esa información tiene que fluir. ¿A riesgo de que se filtre? Bueno, yo prefiero que se filtre a que se quede”. Por ese motivo insistió en el trabajo en conjunto: “Es imposible hacer una investigación patrimonial sin trabajar con AFIP, es imposible controlar un contrabando sin la Aduana, debemos trabajar siempre en conjunto y de manera coordinada. Hay que sumar actores a un fenómeno que del otro lado se organiza. Organicémonos nosotros también, sino nos van a llevar puestos”.

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